sábado, 26 de febrero de 2011

sábado, 5 de febrero de 2011

Home, sweet home.


Siento la enorme presión. Como esos días que andas por la calle y sientes el pecho afligido y te falta el aire, y cada inspiración te resulta insuficiente.

A veces no nos damos cuenta de que tendemos a exacerbar las cosas de una manera desmesurada. Y es que cuando la obigación llama a tu puerta todo el mundo dice sentirse afligido por ella, e incapaz de controlar sus pocas ganas de hacerlo.

Pero debes, lo sabes, y lo haces. Y sin darte cuenta recibes una recompensa, de la cual muy pocos se alegran porque siguen afligidos por el brumor de la responsabilidad, mientras otros saltamos de alegría al ver que una obligación bien hecha es una devoción que viene de camino.

Teenage dream in a teenage circus...