
Dale un centímetro y hará de él una yarda.
Es verano y el tiempo pierde la importancia que tenía antes, perdiéndolo de forma banal durante horas de twitter, baños en la piscina, algunas fotografías espontáneas en la calle, rebajas, salidas no acordadas, y temperaturas elevadas acompañadas de húmedos pensamientos, también.
Es lo que ahora mismo puedo decir, puedo decir, que respiro, que me encanta lo que hago en todo momento y que mi cabeza está llena de pensamientos sin sentidos, quizá por las dosis veraniegas de helado de chocolate blanco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario